Briznas de Paja

En la mañana del martes hubo un temblor de 4,5 en la escala Richter, con varias réplicas. Ese fenómeno de la naturaleza desnudó —como si hiciera falta— las graves fallas del Estado a la hora de responder ante situaciones inesperadas. Aunque el sismo no dejó daños materiales ni víctimas fatales, la lentitud de los organismos del Estado para ofrecer información sembró inquietudes entre la colectividad. La Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (Funvisis) demoró casi media hora en aportar —vía Twitter— datos oficiales sobre el temblor. Si Funvisis no fue capaz de brindar información al instante sobre la magnitud del temblor o su epicentro, ¿qué se puede esperar del resto de los organismos encargados de atender desastres naturales? ¿Qué pasa si llega a haber un terremoto como el de 1967 en Caracas? “A bendecir los escapularios: las ruinas que quedan de nuestro sistema público de salud no podrían con una tragedia natural”, escribió el poeta, articulista y editor de Pr

A pesar de no contener nada más que detallitos, el resumen del día está más bien variado y largo. De un lado, el oficialismo intenta afincar la tesis de que la crisis alimentaria y de salud se debe a las sanciones económicas decretadas por el gobierno de EE UU apenas la semana pasada. De otro lado, se descubrió que hay cajas CLAP en el estado Portuguesa que incluyen una leche mexicana que no es leche sino una harina grasosa que provoca diarrea a quien la consume. Pero la nutricionista Susana Raffalli aseveró lo mismo que el común de la gente en la calle: la crisis tiene bastante más tiempo que las sanciones del gobierno de Trump. El modo más fácil de refutar el argumento del gobierno es el conjunto de señas de desnutrición infantil que se ha venido detectando, como mínimo, desde septiembre del año pasado. La ANC, que había sido vendida inicialmente como un cuerpo que iba a aplicarse para resolver ese problema y la crisis económica, aprobó un decreto para enjuiciar por traición