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Mostrando las entradas de enero, 2006

De todo un poco

¡Qué estrés! (y III) Escenario: el laboratorio de computación donde hacemos las prácticas de Periodismo Institucional. Día : hoy. Hora: a tiro de 10:20 a.m. Ya entregamos un micro de radio que nos asignaron para hablar bien de la organización que nos tocó estudiar a lo largo de este moribundo semestre. No nos vamos a ganar el Grammy pero creo que lo hicimos bastante bien. Ahora nos toca hacer una especie de manual de crisis para la semana que viene. Explico: Debemos hacer un ejercicio mental e imaginarnos qué debería hacer la organización para hacer frente a una crisis inesperada y superarla lo mejor posible. En nuestro caso, trabajamos con el grupo del voluntariado de mi universidad. La crisis: tres estudiantes voluntarios fueron secuestrados mientras prestaban su servicio comunitario. El profesor nos dio las pautas para desarrollar el trabajo pero se trata de la materia que más hartos nos tiene a todos. Además el trabajo tiene que ser en equipo y yo, lo que se dice yo, estoy obst

El ataque de los ignorantes

A pesar de ser otra cortina de humo más, toca comentarla por la rabia que da. Los símbolos patrios fueron cambiados por la Asamblea Nacional en primera discusión. Al margen del costo económico que eso le va a acarrear al país (piensen en la acuñación de monedas nuevas, expedición de pasaportes y papelería oficial nueva), habría que preguntarse si este insigne, sabio y trabajador régimen sabía lo que hacía. Y si no lo sabía... ¿al menos se tomaron la molestia en consultar con quien sí supiera? Según lo poco que ha trascendido a la opinión pública, nadie fue llamado para asesorar al gobierno en esta materia. Ni la Academia Nacional de la Historia ni nadie medianamente calificado. A propósito de este tema averigüé que en Venezuela existe una asociación de simbología, encargada no sólo de la heráldica —escudos— sino de la vexilología —estudio de las banderas—. Ellos tampoco fueron consultados y encima, nuestros flamantes y representantivos diputados aplicaron un cambio basados en u

El Sr. Monk y yo

Soy un enfermo maniático. Lo reconozco. Entre el cerro de manías, obsesiones, compulsiones y comportamientos dementes que tengo, se cuenta una maña: le miro los pies a las chamas en la calle. El propio fetiche, pues. Qué hace uno. La moda de las sandalias y los zapatos abiertos ha significado todo un banquete para los ojos de este humilde bloguero. Y hasta en ese detalle se nota lo coqueta que es la mujer venezolana. Hasta ahora, son mayoría los pies arreglados y bonitos que he visto por ahí. Pero me he llevado mis buenos chascos: había una chama en la universidad que me gustaba mucho. Por mi timidez, nunca me había atrevido a decirle nada. Al final tampoco le hablé porque una vez la vi descalza... y qué pies más sucios!!!! Fin del idilio. -=<<>>=- Soy hijo de una odontóloga. O sea que desde muy pequeño me inculcaron unos hábitos de higiene bucal bastante estrictos, cosa que agradezco. Lo único malo es que eso significó el nacimiento de otro hábito: me fijo en la dentadura

Mi primera promesa para este año

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Adviértoles: este post no tiene nada, lo que se dice NADA de profundo. Siempre he visto los blogs como diarios que son leídos por terceros. ¡O sea que uno no está obligado todo el tiempo a lucirse con lo que escribe, jejeje! Cuando empiece a lucirme así, será hora de que me den mi buen Pulitzer y para eso falta ufffff! Valga la acotación para que sepan que se avecina una señora avalancha de paja. ¿La aceptáis? Chévere. Arrellánense porque voy a echarles el cuento de uno de mis vicios. Esto va a ser muuuuuuuuuuuy largo, así que hagan pipí primero. Cuando dije en mi post anterior que no había hecho lista de metas por cumplir de aquí a mi próximo cumpleaños, se me olvidó hablar del vicio más bestia que tengo: el Scrabble. Para los que no lo conocen, les echo rápidamente el cuento de lo que es este juego de mesa y cómo fue creado. El Scrabble permite un máximo de cuatro jugadores por cada partida. Se juega con un tablero de forma cuadrada, subdividido en quince casillas por lado. Los jugad

Japi verdi tu mí

Y bueno... mañana cumplo 32 años. ¿Qué talco? Desde que me cambié de carrera dejé de hacer el clásico balance que uno tiende a elaborar cada vez que llega el día del cumpleaños. Tampoco le paso revista a mis acciones el 31 de diciembre. Pero veamos, veamos... creo que esta vez la cosa se puede hacer. 1.- Me gané una buena platica yendo a "Quién Quiere Ser Millonario". Lástima que se me terminó, pero me alcanzó para lo que necesitaba, jejeje! 2.- Hice mi curso de doblaje. Lo disfruté hasta que ya y ahora estoy atormentando a los estudios de doblaje para que me hagan las pruebas de voz. Capaz y al final me las hacen por teléfono con tal que los deje en paz. ;) 3.- Seguí avanzando en mi carrera. Ya voy por el séptimo semestre. Un año y medio más y estoy listo! Coh! Verh! Mieh!!! 4.- Retomé este blog y me lo estoy disfrutando un mundo. El placer de escribir es gigantesco. Y aparte, yo ejercito mi gramática y ortografía para el día de mañana, cuando me toque trabajar en

¡Qué estrés! (II)

Ya pasé a la segunda fase de mi estrés universitario: me estoy poniendo agresivo. Ayer una chama se las dio de chistosa y me "tropezó" en son de chanza. Cabe acotar que la chica en cuestión es más alta que yo (mido 1,67) y no es ninguna raquítica. En su jueguito me dio mi buen tortazo. Y de paso, yo detesto ESE tipo de broma. No le dije nada pero la miré como si tuviera rayos láser en los ojos y pensé "Ojalá se te gangrene el hombro, no joda!!!!!!!" -=<<>>=- Me reúno con una compañera de equipo a empezar a hacer un trabajo para periodismo institucional. La chama es mucho más estresada que yo, que ya es bastante. Ella se estresa por cosas realmente estúpidas, la verdad. Y además, la muy sádica disfruta contagiando su estrés a sus compañeros. Me lo dijo ayer y yo pensaba "¡¡¡Esto no 'tá pasando, ella no me está diciendo lo que yo estoy escuchando, qué b&%#s tiene!!!". Me dice tal cual: —Yo disfruuuuuuuuuuto estresando a los demás (risas)

Ficticio pero no tanto

Lo que sigue es fruto de mi imaginación. Es una asignación para una materia de la universidad y les cuento de qué se trata. Teníamos que escoger entre Hotel Rwanda y Shaking Hands with Devil, películas que tratan sobre la masacre ocurrida en Ruanda durante 1994. Ese suceso, un violento enfrentamiento entre hutus y tutsis, dejó un saldo de UN MILLÓN DE MUERTOS. Luego de ver una de esas dos películas teníamos que dejarlas totalmente de lado y escribir una carta ficticia dirigida un personaje igualmente ficticio. El remitente también podía ser un personaje inventado o podíamos ser nosotros mismos. La imaginación era el límite. Obvio, teníamos que cuidar el lenguaje y tocar de algún modo el tema de las divisiones, raciales o sociales o de cualquier otro tipo. Como aquí vivimos una polarización particularmente preocupante, se me ocurrió una idea y la llevé a cabo para escribir mi carta. El resultado es esta “joyita”. Me reí muchísimo mientras la redactaba porque, aunque no lo crean, conoz

Misceláneo

Les adelanto: hoy voy a escribir largo y tendido de varias cosas que tengo pendientes. Así que tómense su tiempo, búsquense un café y prepárense porque hoy no van a salir briznas de paja sino pacas, pacas y más pacas. Ready. Set. Go!! Carretera La Pedrera - Guasdualito. 30 de diciembre, 6:30 p.m. El sol se pone en esta zona del territorio nacional y mientras vamos devorándonos el camino, me pongo a contemplar el atardecer llanero. Un disco de fuego se hunde en el horizonte y la explosión de colores es simplemente espectacular. Muchos árboles se ven cargados de garzas que se disponen a pasar la noche. No todas las garzas son blancas. El algodón aviar instalado en las copas de los árboles tiene puntos rojos y rosados. A pesar de la creciente oscuridad se alcanzan a ver zamuros al borde de la vía. Están en pleno festín de carroña. Tenía diez años sin pasar por aquí y para el 31 mis padres y yo nos lanzamos la travesía por tierra. La belleza del paisaje no puede describirse fielme

¡Qué estrés!

Ya empezaron las clases en la UCAB. El rector se fue de sádico y convocó a profesores y estudiantes a reintegrarse a partir del 3 de enero. Imagínense qué "gentío" hubo aquí durante la semana pasada. Como suele pasar en los semestres que empiezan en octubre, el retorno en enero marca la recta final. Carrerones, entregas de trabajos, fechas de evaluaciones cambiadas, callejones casi sin salida y el inevitable estrés que surge en consecuencia. Mañana tengo que entregar mi reportaje gráfico. Para el miércoles debo haber encuestado a un grupo de personas y no he hecho eso aún. El jueves tengo que entregar una carta ficticia y todavía no me he instalado a escribirla. Todas las semanas nos mandan asignaciones que debemos entregar una semana después. Para dentro de tres semanas nos mandaron un trabajo final en Diseño Periodístico: un proyecto de periódico, temático o general. Los infelices directores de la escuela de Comunicación Social dieron la orden de que todos los profes