Pequeña historia de un pequeño contratiempo

Hoy se me acabó la buena suerte con el metro. Hasta ahora me había salvado de calarme algún retraso grave por fallas técnicas, y eso que yo lo estoy usando casi a diario. La gran solución para Caracas, como se le conoció a principios de los '80, ya no lo es como antes. Escaleras dañadas, vagones sin aire acondicionado y ahora, para completar, la inseguridad que lo obliga a uno a cargar el morral adelante, como si estuviera con barriga de nueve meses.

En el túnel entre Chacaito y Chacao, se oyó la voz del operador por los altavoces: "Se ha detectado una puerta abierta en este tren. De haber realmente una puerta abierta, favor pulsar el botón de emergencia." Resulta que sí había una puerta entreabierta. En mi vagón.

Pulsaron el botón, el ooperador detuvo el tren en pleno túnel y lo apagó por completo. O sea, oscuridad total y cero aire acondicionado. A una hora pico como las 6 de la tarde. Como es de suponer, la gente se empezó a amotinar por el tiempo transcurrido —que por suerte no pasó de los 10 minutos— y no faltó el acrofóbico de turno. Al final, arrancamos de nuevo y no pasó nada, excepto que al llegar a Chacao estaban varios operadores esperando por el tren y mandaron desalojar el vagón con la puerta defectuosa. Y en el andén no cabía un alfiler. ¡Qué vaina! Y a este pobre país le siguen entrando torrentes de dólares. Borrachera de petróleo caro. Pelabolas sauditas es lo que somos, mal gobernados y peor asistidos. Menos mal que jamás voté por el actual presidente. (¿Por qué llegué a este punto, si empecé hablando del metro? Sorry.) See you.

Comentarios

La mae nairo dijo…
Diosssssssssssssss

Que stressss, caracas y su modernismo

Besillos la mae.-

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