¿Respuesta definitiva?

Todo el que vea el título puede imaginarse más o menos por dónde van los tiros. Y es que deben quedar muy pocas personas que no se hayan instalado un miércoles en la noche frente al televisor a ver la versión venezolana de Quién Quiere Ser Millonario, el famoso programa de preguntas y respuestas creado en el Reino Unido por la productora Celador. Ya son varias las franquicias de ese programa abiertas exitosamente en el mundo, y aquí en Venezuela el programa ya lleva cinco años en el aire, siempre conducido por Eladio Lárez.

En la universidad donde estudio, varios hemos ido a competir a ese programa, algunos con más éxito que otros. Del grupo de panas, cuatro hemos pasado al centro del escenario, hemos respondido unas cuantas preguntas y sacado una buena pelotica de plata, aparte de haber vivido la experiencia de la grabación que es simplemente genial. Genial por todo: los nervios —que nunca faltan en experiencias así—, la posibilidad de ver los detalles de cómo se graba un programa de ese tipo, la amabilidad del equipo que labora en el canal, la calidez humana de Eladio (se porta excelente con los concursantes, en las pausas de grabación se faja a conversar con todos y ayuda mucho a calmar los nervios de quienes están en el centro del escenario en ese momento) y la emoción de estar allí, a la vista de quién sabe cuánta gente cuando el programa sale finalmente al aire.

Lo más probable es tú, que estás leyendo esta entrada, me hayas visto a mí o alguno de mis amigos contestando preguntas ahí y haciendo nuestra respectiva dosis de ridículo, jejeje! La primera de nosotros en participar fue Adriana Quintero, en diciembre del año pasado. Es la que más se ha llevado hasta el momento: 25 millones (y ya se los gastó todos, jejeje!). Luego vine yo, en abril de este año, y ya me gasté lo que gané. Juan Carlo Rodriguez también participó hace poco, en junio. Y este fin de semana pasado lo hizo David Ludovic. Todos pasamos por el trance de los nervios y la presión. Todos disfrutamos al máximo de la experiencia de vida y todos, de un modo u otro, pasamos a formar parte de ese club de gente que, sin ser artista ni pretender serlo, tuvo su cuota de 15 minutos de fama y la aprovechó como mejor le pareció. Eso sí, desde que participé más nunca pude decirle "brutos, animales, imbéciles" a los concursantes que veía en la tele. Es muy fácil hacer eso mientras están viendo el programa por televisión, pero esperen a sentarse ahí para que vean hasta qué punto los nervios son determinantes en el razonamiento del concursante.

Ser seleccionado para participar no es nada difícil y yo siempre recomiendo hacerlo a todo el que me consigo por ahí. Total, esa platica nunca cae mal y le resuelve problemitas a más de uno. A mí me permitió pagar parte del semestre anterior y todo este semestre, aparte de hacer un curso de doblaje para televisión. Y a mi amiga le dio la oportunidad de pagarle una operación a su tía. O sea, malo no es. ¿No te animas tú?

Comentarios

Entradas más populares de este blog

¡Hola!

En el restaurante

Nuestro ciclo