Recordando...
Hace dos días mi mamá se fue de viaje por unas diligencias que tiene pendientes. Mi papá y yo fuimos con ella al terminal de buses y mientras esperábamos a que llamaran a abordar, me puse a contemplar la gente. Vi varias escenas que me recordaron vivencias pasadas. A un lado veo una pareja que acaba de juntarse. La muchacha acaba de llegar de Mérida y él fue a recibirla. Se fundieron en un abrazo que parecía no terminar nunca. En ese abrazo —largo, tierno, cálido y lleno del más hermoso amor— quedó traducido el final de una espera, con todo y la ansiedad que siempre rodea a las parejas separadas que saben que se van a ver de nuevo. El abrazo dio paso a un beso igualmente largo y luego él fue a buscar el equipaje de ella. Por último, se tomaron de la mano y abandonaron el terminal. Esa parejita era toda sonrisas y felicidad. Ella comenzó a contarle cosas de su viaje, o al menos eso supongo yo. Ambos hablaban como si les hubiesen quitado un tapón de la boca. Una de esas escenas que uno v